Desde tiempos muy remotos, la luna a sido protagonista, de un modo u otro, en la historia de la humanidad. Nuestros antepasados eran expertos en utilizar la fases lunares, de tal manera que aprovechaban de modo muy eficaz su influencia tanto en agricultura, por ejemplo a la hora de sembrar y recolectar los huertos, como en ganadería, para preparar los rebaños en las cubriciones y los partos. Hoy en día, la luna sigue siendo la misma y aunque llevamos un ritmo de vida en el que no prestamos tanta atención a los ritmos naturales como antaño, su influencia sigue estando ahí. Esa influencia resulta a veces difícil de determinar, lo que es verídico es que la luna actúa principalmente sobre el agua y por tanto influye de algún modo en los seres vivos compuestos por un elevado porcentaje de fluido. Por consiguiente, plantas y animales son sensibles en mayor o menor medida a esos ciclos lunares. Gracias a la síntesis de un conocimiento astronómico y del saber ancestral, se p